sábado, 29 de mayo de 2010

Piñera

En el prólogo a El que vino a salvarme - una amplia recopilación de los  cuentos de Virgilio Piñera- José Bianco dice: "Mucho se ha hablado en los últimos tiempos, a propósito de Alejo Carpentier  y de José Lezama Lima, del predominio de los barroco en la moderna literatura cubana. Virgilio Piñera no es menos barroco que sus dos compatriotas (...) Su barroquismo no proviene del estilo, simple, despojado, y a la vez cadencioso, coloquial, ni del ambiente que este estilo refleja, sino de la acción misma de sus cuentos, de un conflicto que en casi todos ellos se plantea y resuelve de modo parejo".
En 1944 Piñera viajó por primera vez a Buenos Aires, donde viviría, salvo interrupciones,  hasta 1958. Aquí frecuentó a Borges, Bianco, Sábato, Macedonio y Gombrowicz , entre otros (Piñera presidió el "comité" que tradujo Ferdidurke).
Borges fue el primero en publicar en la Argentina un cuento suyo, en la revista Anales de Buenos Aires de mayo de 1947. Y en noviembre del 55 publica junto a Bioy Casares en la antología Cuentos breves y extrordinarios el relato En el insomnio.
De acuerdo a Aira los cuentos de Piñera "son siempre extraños, siniestros, pródigos en mutilaciones y horrores varios, siempre impávidos, como pesadillas lógicas".

En el insomnio.

El hombre se acuesta temprano. No puede conciliar el sueño. Da vueltas, como es lógico, en la cama. Se enreda entra sábanas. Enciende un cigarro. Lee un poco. Vuelve a apagar la luz. Pero no puede dormirse. A las tres de la madrugada se levanta. Despierta al amigo de al lado y le confía que no puede dormir. Le pide consejo. El amigo le aconseja  que haga un pequeño paseo a fin de cansarse un poco. Que en seguida tome una taza de tilo y que apague la luz. Hace todo eso pero no logra dormir. Se vuelve a levantar. Esta vez acude al médico. Como siempre sucede el médico habla mucho pero el hombre no se duerme. A las seis de la mañana carga un revólver y se levanta la tapa de los sesos. El hombre está muerto pero no ha podido quedarse dormido. El insomio es una cosa muy persistente.
Virgilio Piñera(1946)