sábado, 19 de junio de 2010

Transpolítica

 Estamos en el final de una era de lo político: el poder multimediático ya no mediático, de la prensa y la televisión problematiza lo político. Esa transición es transpolítica. El mundo político al que estábamos acostumbrados es el de la democracia y la Ilustración. Ahora bien: hoy, el advenimiento de las teletecnologías emplaza un sistema de poder que no tiene nada que ver con el poder de control que tenían un gobierno, un ejército y una fuerza policial. No olvidemos que antes la palabra mediatizar significaba someterse a un señor; en la época feudal, estar mediatizado es estar sujeto a un señor: es mediático el que conserva un poder bajo control. Pero el poder mediático de la historia en su fase mediática implica una dimensión transpolítica en la que la tecnología y la cibernética se hallan en el corazón del dispositivo. Creo que si Michel Foucault estuviera entre nosotros, podría escribir un libro extraordinario, ya no sobre las micropolíticas sino sobre las macropolíticas de la cibernética, para interpretar el control potencialmente total, totalitario, globalitario: es decir, un totalitarismo sin exterior. Con los imperialismos conocimos un totalitarismo local, pero siempre había conflictos entre los imperialismos. Las facultades instantáneas de sumisión y control del globalitarismo son tales que, comparado con el que podría sobrevenir, el viejo totalitarismo, en el fondo, no es más que un accidente local. De ahí la necesidad del sentido crítico: la historia entra en crisis a través del tiempo real y el tiempo mundial, ya que el espacio entra en crisis a través del espacio virtual, el espacio cibernético.
Paul Virilio (Radar, 8 de diciembre de 2002)

sábado, 12 de junio de 2010

A man alone

Se cumplen 40 años de "Bryter Layter" segundo disco de Nick Drake. Tramando sonidos levemente jazzeados, melodías que se acercan a la canción francesa, temas instrumentales, bajos, baterías y viento, Drake delimita un territorio apacible, alejado (pero manteniendo tenues líneas de cruce) de las perturbadoras sombras de su primer disco. "Northern Sky es una canción esperanzadora" y "Fly" suplica una segunda oportunidad. Con todo, se desliza una incompleta oscuridad.
Un año antes, Drake había grabado "Five Leavest Left" donde oportunidades perdidas, falta de tiempo y soledad son constitutivos. Si bien "Time Has told me", la canción que inicia el disco, es un tema de amor y esperanza para un alma perdida, el resto del álbum se mece entre la tristeza y el desencanto. Por caso, "Saturday sun" lamenta la felicidad que nunca reconocemos hasta que se nos escapa de las manos. Una voz melancólica, una guitarra, un piano y un tenue anacronismo, acaso, una de las formas del devenir.
Cuando Drake graba su tercer y último disco ya transita la pendiente que lo llevará a la muerte: drogas, manía persecutoria, pánico e internaciones psiquiátricas. De todas maneras, el 25 de febrero de 1972, "Pink Moon" está en la calle (lo grabó en dos noches y lo dejó en la recepción de la discográfica).
Disco desesperado y solitario. No hay arreglos de cuerdas, sólo una guitarra y media hora con muchas de las canciones más oscuras y desgarradoras de Drake: paranoia, depresión, entropía, soledad…
Años después "Pink Moon" – tema que da nombre al álbum y advertencia sobre el holocausto nuclear- reaparecerá en una publicidad de autos. Procedimiento constitutivo del capitalismo para esmerilar la potencia subversiva del arte. Por supuesto, no es un caso aislado. Un relato inquietante de Cortázar fue utilizado para una publicidad de Renault. Mientras "La autopista del Sur" narra la alienación de la sociedad contemporánea, el corto publicitario (como no podía ser de otra manera) lo estandariza y construye una aberración consumista. Sabemos con Marx que el capitalismo es un sistema inmanente que constantemente desplaza sus límites. La publicidad es su brazo armado.
Drake murió una madrugada de 1974,
Esquivo, acaso inaprensible, la época no lo pudo narrar.

Gerardo Zappa

jueves, 10 de junio de 2010

La conjura de los imitadores

¿Cómo definir la crisis actual de la literatura? El régimen de los best-sellers es la rotación rápida. Muchos libreros tienden a convertirse en vendedores de discos que sólo se ocupan de productos incluidos en un repertorio suministrado por un top-club o un hit-parade. La rotación rápida constituye necesariamente un mercado de lo previsible: incluso lo "audaz", lo "escandaloso" y lo extraño se adaptan a las formas previstas por el mercado. Las condiciones de creación literaria, que sólo pueden desenvolverse en el elemento de lo inesperado, la rotación lenta y la difusión progresiva son muy frágiles. Nos arriesgamos a que los Beckett o Kafka del futuro, que no se parecerán ni a  Beckett ni a Kafka, no encuentren editor y pasen desapercibido(...) Se está desarrollando una monstruosa novela estándar, hecha de imitaciones de Balzac, de Stendhal, de Céline, de Beckett o de Duras. Pero es que Balzac es inimitable, Céline es inimitable: se trata de sintaxis nuevas, de "inesperados". Lo que se imita es ya una copia. Los imitadores se imitan entre ellos, y de ahí procede su enorme capacidad de propagación, así como la impresión de que son mejores que sus modelos, ya que conocen la técnica o la solución".
Gilles Deleuze
Conversaciones

domingo, 6 de junio de 2010

Richard McKenna. Los agonistas de Casey.

La ciencia ficción es para algunos un género menor, el hijo bastardo del fantástico, un puro entretenimiento: juegos más o menos inteligentes e intrincados de la imaginación. Además, dicen, sus libros suelen estar mal escritos. Por supuesto estas afirmaciones desde Frankenstein hasta la fecha se dan de frente y a la carrera contra la realidad. Hacedor de Estrellas, Más que humano y Crónicas marcianas son algunos ejemplos esclarecedores sobre este malentendido literario. Y nombres tan importantes como los de J.G. Ballard, Brian W. Aldiss y el gran Philip K. Dick enaltecen el género.
Claro también hay otros nombres y otros libros no tan célebres, pero de igual significación. Esto nos lleva al escritor ya desaparecido Richard McKenna.
Muerto a los 51 años cuando había alcanzado alguna notoriedad, cultivo el género de la ciencia ficción no sólo como categoría sino como una forma de concebir el universo. Sin embargo, y a pesar de dicha concepción, desde siempre intento abordar corrientes más realistas. Consideraba que el público de la ciencia ficción era limitado y quería llegar a la mayor cantidad de lectores posibles. Ganó el premio Harper con su novela Los granos de arena y algunos de sus mejores cuentos fueron publicados después de su muerte.

Libro de cuentos fronterizos entra la ciencia ficción y el género fantástico, Los agonistas de Casey es una verdadera proeza literaria. Sus cinco relatos son excelentes, dos de ellos –Los agonistas de Casey y El dorado- sencillamente magistrales.
El primero presta su nombre al libro y cuenta, entre otras cosas, sobre los rigores de la vida militar, las alucinaciones colectivas y la absoluta soledad en los umbrales de la muerte. Su comienzo es ejemplar “Nadie puede morir como quiere. Hay que atenerse al reglamento. Por eso estoy aquí, en esta sala para tuberculosos, con otros nueve reclutas. Instrucciones básicas para morir”.

Regresa cazador, es quizá, el que más se ajusta a las formas y conceptos narrativos de la ciencia ficción. El uso de materiales clásicos: naves espaciales, máquinas, planetas y galaxias. Transmutaciones, formas de inteligencia vegetal, ciencias manipuladoras y el futuro como escenario donde ocurren todas y cada una de las cosas.

En Un lugar secreto los mundos paralelos se confunden con los sueños y contiene además matices autobiográficos.

Mi propio camino, es un cuento de formas rituales que roza la antropología cultural.

Por último, El dorado, que de alguna manera liga con Los agonistas de Casey en cuanto repite aquello de las percepciones colectivas. Después, otra vez, los mundos paralelos y las entradas y los agujeros en el tiempo. Finalmente, la aterradora idea de estar gobernados por un Dios imperfecto y arbitrario.

Casi nada.

miércoles, 2 de junio de 2010

A confesión de partes...

"Un país de nuestras dimensiones, concentrado en las exportaciones y dependiente del comercio exterior, debe darse cuenta de que (...) misiones militares son necesarias para proteger nuestros intereses, como las rutas comerciales, o para impedir inestabilidad regional que pueda influir negativamente en nuestro comercio, el empleo y las ganancias".
Declaraciones del ex presidente de Alemania, Horst Koehler, a una radio alemana justificando la presencia militar en Afganistan.
Como sostuvo Deleuze en una conversación con Toni Negri "lo único universal del capitalismo es el mercado. No hay Estado universal porque ya existe un mercado universal cuyos focos y cuyas bolsas con los Estados".